jueves, 30 de agosto de 2007

Y es que mi vida no son hechos...


Sí, me felicito.
Tengo casi superada la fase en la que uno busca exculparse de las penurias personales culpabilizando al resto.
Ahora, fijo el objetivo en superarme a mi misma...
Puede que sí, que ellos influyesen decisivamente (quizá demasiado) en lo que hoy vivo, soy y siento, pero insisto ¡señalarlos, criminalizarlos, juzgarlos y condenarlos no me va a solucionar el problema!
Hoy y siempre todo depende y dependió de mi, única y exclusivamente de mi.
Ese paso que se hace necesario, absolutamente imprescindible, he de darlo yo. Y tras uno, otro. Seguro.

Pero me siguen pesando los pies como si estuviesen rellenos de plomo...

miércoles, 29 de agosto de 2007

Una buena historia, vive dios...


De ese centenario se ha hablado poco, pues nadie puede hacerse fotos a su costa. Hace setecientos años justos, además de salvar el imperio bizan­tino del avance turco, los almogávares arrasaron Grecia. Fue un episodio sólo comparable a la conquista de América por bandas de aventureros sin nada que perder salvo el pellejo -que se co­tizaba a la baja- y con todo por ganar si salían vi­vos. Pero en esta España donde los libros esco­lares no los determina la memoria, sino el pe­sebre donde trinca tanto sinvergüenza periférico y central, esas historias han sido eliminadas, o manipuladas en beneficio de los golfos que or­ganizan el negocio en plazos de cuatro años: los que van de una urna a otra. El resto importa un carajo. De los almogávares, como de lo demás, no se acuerda casi nadie. Eran políticamente incorrectos.

Madrugando el siglo XIV, el emperador de Bi­zancio pidió ayuda para frenar el avance de los turcos, y la corona de Aragón envió sus temibles Compañías Catalanas. Lo hizo para quitárselas de encima. Estaban integradas por almogávares: mercenarios endurecidos en las guerras de la Re­conquista y en el sur de Italia. Sus oficiales, de mayoría catalana, eran también aragoneses, na­varros, valencianos y mallorquines. En cuanto a la tropa, el núcleo principal procedía de las montañas de Aragón y Cataluña; pero las rela­ciones mencionan apellidos de Granada, Nava­rra, Asturias y Galicia. Feroces y rápidos, ar­mados con equipo ligero, combatían a pie en or­den abierto, con extrema crueldad, y entraban en combate bajo la señera cuatribarrada de Ara­gón. Sus gritos de guerra eran Aragón!, Aragón!, y el terrible, legendario, Desperta, ferro!

La historia es larga, tremenda, difícil de re­sumir. Seis mil quinientos almogávares recién desembarcados en Grecia destrozaron a fuerzas turcas muy superiores, matando en la primera batalla a trece mil enemigos, sin dejar con vida -eran tiempos ajenos al talante, al buen rollito y al diálogo entre civilizaciones- a ningún varón mayor de diez años. En la segunda vuelta, de veinte mil turcos sólo escaparon mil quinientos. Y, tras escaramuzas menores, en una tercera es­cabechina los almogávares se cepillaron a die­ciocho mil más. Eran letales como guadañas. Además, entre batalla y batalla -españoles a fin de cuentas- pasaban el rato apuñalándose entre sí por disputas internas, o despachando a ter­ceros en plan chulito, como los tres mil geno­veses a los que por un quítame allá esas pajas acuchillaron en Constantinopla, durante una especie de botellón que terminó como el rosario de la aurora.

A esas alturas, claro, el emperador Andró­nico II se preguntaba, con los huevos por corbata, si había hecho bien contratando a semejantes bestias. Así que su hijo Miguel invitó a cenar a Roger de Flor, que era el jefe, y a los postres hi­zo que mercenarios alanos los degollaran a él y a un centenar largo de oficiales. Fue el 4 de abril de 1305. Después de aquello los griegos cre­yeron que la tropa almogávar, sin jefes, pediría cuartel. Pero eso era desconocer al personal. Cuando apareció el inmenso ejército bizantino para someterlas, aquellos matarifes oyeron misa y comulgaron. Luego gritaron: Desperta férro, Aragón!, Aragón!, y se lanzaron contra el ene­migo, pasándose por la piedra a veintiséis mil bi­zantinos en un abrir y cerrar de ojos. Lo cuenta Ramón Muntaner, que estuvo allí: “no se alzaba mano para herir que no diera en carne”.

No quedó sólo en eso. Enterados los almogá­vares de que nueve mil mercenarios alanos -los que aliñaron a Roger de Flor- volvían a su tierra licenciados y con familia, les salieron al paso, hi­cieron picadillo a ocho mil setecientos y se que­daron con sus mujeres. Después, durante una larga temporada y pese a estar rodeados de ene­migos, se pasearon por Grecia saqueando y arra­sando, por la patilla, cuanto se les puso por de­lante. Fue la famosa venganza catalana. Y cuan­do no quedó nada por robar o quemar, fundaron los ducados de Atenas y Neopatría: estados ca­talano-aragoneses leales al rey de Aragón, que aguantaron durante tres generaciones hasta que con el tiempo, el sedentarismo y el confort, se fueron amariconando -hijo caballero, nieto por­diosero- y quedaron engullidos, como el resto de Grecia, por la creciente marea turca que había de culminar con la caída de Constantinopla.

Y ésa, colorín colorado, es la historia de los almogávares. Admitan que es una buena historia. Vive Dios.

Arturo Pérez-Reverte

viernes, 24 de agosto de 2007

Furia divina

No esperen de mí un maremoto cuando me caliento.
Si me enojo en serio, soy una entidad jodida.
Jodida y sutil.
Cuando me sacan de las casillas, me encargo de hacerles la vida imposible sin que se den cuenta que he sido yo.
De mis días de mala leche datan el matrimonio, la televisión y los taxistas.

Así que mucho cuidado conmigo.
En la furia acuno ideas inombrables.

http://pordios.elerlich.com

Gracias "Redactor" por facilitarnos dicho blog...

lunes, 20 de agosto de 2007

Ayer se cumplieron 30 años de la muerte de uno de los grandes del cine. Groucho sigue disculpandose desde su lápida, y a mi se me sigue escapando una pequeña sonrisa socarrona cuando recuerdo sus películas, su bigote pintado, sus gafas y el eterno puro en la boca.
Hay pocas escenas en el cine que hayan pasado tan completamente al acervo cultural común como las de este genio y sus disparatados hermanos. Poca, muy poca es la gente que no reconoce de que se habla cuando alguien dice "esto parece el camarote de los hermanos marx" o grita "traed madera, es la guerra, traed madera",
Pero más allá del chiste fácil, del gag cómico, sus guiones están llenos de ironía, de optimismo, de ganas de vivir y de mucho cinismo.
He pasado estupendas horas riendome sin parar de este loco genial; así que, una vez que le he disculpado por no levantarse, le rindo un pequeño homenaje con trocitos de sus películas. Que os aproveche, yo aún me rio.




¿Quiere casarse conmigo? ¿Le dejo mucho dinero? Responda primero a la segunda pregunta (Sopa de Ganso)

¡Es la guerra! ¡Traed madera! ¡Traed madera! (Los hermanos Marx en el Oeste)

Mírame a mí: saliendo de la nada he alcanzado las más altas cotas de la miseria (Pistoleros de agua dulce)

Un niño de cuatro años podría entender este documento. Sal y tráeme un niño de cuatro años (Sopa de Ganso)

Cásate conmigo y no volveré a mirar otro caballo (Un día en las carreras)

Recuerde que esta usted luchando por el honor de esta mujer: Que ya es probablemente más de lo que nunca ha hecho ella. (Sopa de Ganso)

Bailaré con usted cuando las ranas críen pelo. Mejor pensado, bailaré con las ranas cuando Vd. crie pelo (Sopa de Ganso)

Una de dos: o este hombre está muerto o se me ha parado el reloj (Un día en las carreras)

¿A quién vas a creer, a mi o a tus propios ojos? (Un día en las carreras)

¿Llamas a esto fiesta? La cerveza esta caliente y las mujeres frías (Pistoleros de agua dulce)






Una de sus escenas más famosas...



Y otra impagable...

domingo, 19 de agosto de 2007

Los unos y la otredad...

"...creo que tengo derecho a poder verme de forma diferente a como me ven los demás, verme como me da la gana verme y no que me obliguen a ser esa persona que los otros han decidido que soy."
Enrique Vila-Matas, París no se acaba nunca

"Tan común y tan corriente, muchachos, tan jodidamente satisfecho y, sin embargo.., ¿cómo decir..?, tan enteramente en paz consigo mismo, tan conforme con la vida que casi me dio envidia."
Paul Auster, La noche del oráculo

Iba a aprovechar la impunidad de este espacio para delatar a cierta pareja que conozco que en menos de seis meses de relación pasó, en vuelo sin escalas, de convivir a concebir.
Pero, me arrepiento sobre la marcha. Todo mi sarcasmo queda descalificado porque, sí, lo confieso, me dan un poco de envidia. Ojo, no quiero cambiar mi convivencia (¡mucho menos concebir, dios de dios!), pero me asombra la aptitud de la gente para algo así como la "felicidad".
Y mientras tanto una, acá, adscrita a la teoría de que la felicidad es un efecto de sentido, un simulacro.
Digo yo, ¿no tendrá razón "la gente"?

sábado, 18 de agosto de 2007

De la ternura, la impostura y el sexo

"Sólo le había dado miedo morirse por un motivo: morir sin sentirse querida; querida como en las novelas, como en las películas. Morirse sin haber sentido esa mirada silente, esa mirada que taladra y mete las palabras en el cerebro sin necesidad de abrir los labios, sin moverlos.
Y ahora, si tenía que morirse, prefería hacerlo en un campo de batalla, era más digno. No encontraría nunca lo que buscaba. Nunca nadie la miraría como ella deseaba."


Susana Pérez-Alonso

Unas tu, otras yo...

Nunca podré desahogarme, ni quitarme según que yugos, ahora lo sé.
Hay que fortalecer los músculos, ejercitarlos y practicar la resistencia.
En eso también consiste el vivir.

jueves, 16 de agosto de 2007

REM



Para Loli y Lidia, por venir a verme; para Carmen, porque no la he visto desde aquel día...

Gracias.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Errores

Imagino, que cada uno va acumulando errores. Sus errores. Más que con los demás, con uno mismo.
Algunos se heredan, es cierto y cuesta desprenderse de ellos. Pero otros, otros nos los ganamos a pulso con nuestra actitud, cabezonería o, simplemente, pasividad...
Pero nadie puede reclamarte nada.
Para eso ya estás tu.

martes, 14 de agosto de 2007

Gran idea...

- Hijo, ha llegado una notificación que te interesa. ¡Te han aceptado en ese trabajo que tanto buscabas !

- ¿Dónde, en la fábrica de transportes? ¿En BMW-Mercedes-NASA?

El joven abrió ojos y boca, mirando a su padre, que llegaba de trabajar con un mono grasiento.

- Sí. Ya eres el nuevo presidente de la compañía.

- ¿Presidente? Vaya, no me gusta el puesto. Yo quería ser mecánico, o al menos secretario comercial, ¡o aunque fuera jefe de planta !

- Hijo mío, ya sabes que esto funciona así. Hay que empezar por arriba para algún día poder llegar a ser un especialista.

- ¡Pero es que de Presidente es muy aburrido !. Todo el día de reuniones, comidas, tomando decisiones que son obvias ...

- No siempre ha sido así. A ti te hubiera gustado vivir hace 100 años, cuando tu abuelo trabajaba en una cadena de montaje. Fue su primer trabajo.

- ¡Cáspita! ¿Cómo lo consiguió? le enchufaron bien, ¿eh?

- Pues no. Simplemente antes se hacía así. La gente empezaba a trabajar en las áreas especializadas y poco a poco iban “ascendiendo” según ellos a puestos más generales, en los que no tenían que saber hacer cosas específicas y encima cobraban más. El que más cobraba era el del puesto que tú vas a ocupar ahora.

- ¡No puede ser! ¡Pero si requiere años llegar a ser especialista! ¿Y cómo trabajaban sin la experiencia de haber ido llegando a ese puesto?

- Ese era uno de los principales problemas. A los jóvenes les requerían experiencia de algo que era muy complejo de hacer y encima les pagaban 4 créditos. Todo el mundo se quejaba de sus jefes, decían que no entendían nada y era porque, por ejemplo, un joven empezaba vendiendo en unos grandes almacenes, tratando directamente con los clientes, luego pasaba a jefe de sección, luego de planta y podía llegar a director comercial o general. Pero claro, no tenía visión global de la empresa hasta que llegaba a esos puestos, sólo la particular de sus tareas y no sabían nada de suministros, marketing, personal, etc.

En el comienzo de su carrera se ocupaba de la parte más delicada : el trato con el cliente y la venta directa. Lo mismo un programador, se encargaba de hacer la aplicación sin saber las necesidades del proyecto ni de la empresa, con una visibilidad muy reducida, bajo demanda y con presión porque sus jefes habían establecido unos plazos y presupuestos imposibles de cumplir.

Conforme ascendían tomaban decisiones en función de su experiencia en los puestos anteriores y de los rencores personales y relaciones que habían tenido en su carrera, y casi siempre eran del desagrado de la mayoría. Además al ser una estructura piramidal siempre se producían enfrentamientos por el poder y por los mismos puestos.

El chico le miraba entre sorprendido y algo hastiado de las "charlas paternas", y aunque en esta ocasión el tema le interesaba, no podía menos que mirar al techo de vez en cuando, como si ya supiera lo que iban a contarle.

Por eso tú vas a empezar como presidente. No conoces a nadie en la empresa y tus decisiones serán limpias, generales, sin arrastrar mierdas anteriores. Lo que haría cualquier persona racional y objetivamente.

Pasado esto podrás profundizar más en los entresijos de la empresa, conociendo secciones generales y objetivos comunes y poco a poco te irás centrando en el área que destaques o en la que te adaptes mejor.

Irás centrándote en tu trabajo y no rivalizarás con tus compañeros, a la vez que aprenderás el oficio desde una visión general a una particular y sabrás como desarrollar tu trabajo para el bien general de la empresa. Como conocerás otras secciones globalmente el ambiente de trabajo entre ellas será mucho mejor. Antes siempre había discusiones entre las diferentes áreas de una empresa porque no entendían ni unificaban objetivos entre ellas. Solo se culpaban unas a otras de errores y eso generaba mucha tensión.

- Claro, si todo es muy lógico... No se cómo podían vivir con el mundo al revés. Pero me hubiera gustado trabajar como técnico ya.

El padre miró a su hijo, sabiendo que en el fondo no le convencía mucho aquel trabajo tan precario.

- Vamos muchacho!. Enhorabuena al nuevo Presidente de BMW-Mercedes-NASA ! Algún día llegarás a participar de la mecánica de los coches o del diseño de los modelos. De momento tienes que aprender.


Gabriel Adame
Febrero de 2007

lunes, 13 de agosto de 2007

¡Y cuánto lo siento!


¿Durante cuánto tiempo, cuánta vida estuve empeñándome en apagar las llamas de otros, impidiendo que azuzasen las brasas, cuidando que el incendio no se extendiese excesivamente y acabase arrasando, quemándonos y destruyéndonos a todos?
Sin tener conocimientos previos, sólo por intuición y con buena fe y amor, hice todo lo que estuvo en mi mano hasta acabar agotada, y determiné que en un futuro vería el humo, pero de lejos.
Ya no me ofrezco, ni ofrezco alternativas. Ahora observo como el pirómano por excelencia se ofrece hasta voluntario para advertir de posibles brotes.
Puede ser que aún se me pegue el olor, pero ya no me tizno Y voy a intentar salir del todo indemne. Incluso quizá lo consiga.

Ya no me quemo más. Ni me agoto por nadie. Ya no.

domingo, 12 de agosto de 2007

Antes de hundirme


Necesito que existas.

Es profundo el pozo de la angustia
cuando enfrentas tu realidad tan sola,
cuando cuentas que ya todo es pasado,
que te inunda extraña sensación y te circunda:
ya se acabó tu tiempo y vas a tientas,
como ciego que da pisadas lentas
antes de hundirse en la quietud rotunda.

El dios antropomoformo de mi infancia,
el dios castigador de mano firme,
el dios prometedor de la abundancia,
o el dios que da la paz antes de irse.
Cualquiera que domine mi ignorancia.

Lo necesito ya. Antes de hundirme.

martes, 7 de agosto de 2007

Shakespeare

Un tiempo, después de este tiempo, aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma; y sabrás que amar no siempre significa seguridad.

Verás que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... y comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente. Con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto, y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno del mañana es incierto para los proyectos, y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.

Después de un tiempo verás que el sol quema si te expones demasiado. . . aceptarás incluso, que las personas buenas podrán herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas. Aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.

Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla.

Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida; y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir; y sabrás que no tenemos que cambiar de amigos sí estamos dispuestos a aceptar que los amigos también cambian.

Verás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuando será la última vez que los veamos.

Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodean tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos, y sabrás que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar, sabiendo que lleva mucho tiempo llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.

Averiguaras que no importa dónde llegaste sino a dónde te diriges, y sí no lo sabes, cualquier lugar sirve.

Comprenderás que si no controlas tus actos ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuanto sea de delicada y frágil una situación: siempre existen dos lados y que la paciencia requiere mucha práctica.

Descubrirás que, algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte y que madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.

Comprobarás que hay mucho más de tus padres en ti que lo que suponías, y que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese, porque le estarás quitando la esperanza.

Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel, y verás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben como demostrarlo. No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.

Sabrás que no importa en cuantos pedazos se rompió tu corazón, y que el mundo no se detiene para que lo arregles.

Verás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar a que alguien te traiga flores.

Entonces y solo entonces, sabrás realmente lo que puedes soportar y lo que has avanzado, que eres fuerte desde tu tristeza y tu pequeñez, que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas, y sabrás que la vida merece la pena cuando tienes el valor de enfrentarla.


miércoles, 1 de agosto de 2007

Corolario a "no me toqueis las narices"

No debería ni contestar, pero ya metidos...Tienes dos opciones:

- Atendiendo a su altura, su pelo, su boca y algún rasgo genético mas, Ainhoa Faulín, que es lo que consta en el registro civil y en su carnet de identidad...

- Atendiendo a su manera de caminar con las manos en los bolsillos, de dormir, de sentarse en el sofá, de hacerme pucheros, a lo mucho que le gusta leer (a Teo), a como es capaz de observar todo en treinta segundos, y otro montón de gestos y expresiones adquiridas con el paso del tiempo, Ainhoa Navarro, mal que le pese a algunos...

En cualquiera de los dos casos, si te aburres mucho y tienes los cojones suficientes, vete a cualquiera de ellos y diles que NO es su hija...

No me hago responsable...